trabajamos para que todas las personas tengan la capacidad de soñar, alcanzar sus sueños y lograr la prosperidad.
Lo cierto es que los recuerdos están ahí, esperando una pequeña llave que los libere y puedan llevarnos otra vez a aquellos momentos felices que vivimos.
Desde fundef tenemos mucho que recordar, y es que cuando hemos apoyado a las familias y comunidades para que se conecten en un fin común que les dé bienestar; sentimos que nuestro trabajo ha valido la pena. Trabajamos duro para lograrlo y somos más felices si ellas contribuyen con su propia experiencia a la comunidad.
Hoy estamos en medio de una pandemia global que golpea duramente a muchas familias, por eso, si tenemos los medios, ¿Cómo podemos ayudarlas?
Si somos capaces de levantar la mirada y observar más allá de nuestro entorno, descubriremos que muchas personas necesitan ayuda; sin embargo, a veces necesitamos un empujón para comprometernos; y este ejercicio es necesario, pues si no creamos redes de ayuda entre nosotros, será difícil sobrevivir como especie.
Las estadísticas mundiales, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en su informe 2020 titulado “El Estado de la seguridad alimentaria y la Nutrición en el mundo” muestra que desde 2014, el cambio en las dietas saludables, ha provocado una disminución de la nutrición adecuada y por otro lado un aumento en la obesidad en la mayoría de los países.
También la FAO indica en este informe, que su Agenda para erradicar el hambre en el 2030 deberá ser nuevamente evaluada debido a la pandemia del COVID 19 y sus repercusiones.
Pero, en Chile ¿Tenemos elementos que generen la fuerza necesaria para generar redes de ayuda? Según el SOFI *de la FAO, cerca del 15,6% de la población, es decir casi 2,9 millones de chilenos tiene problemas para asegurar el alimento diariamente, y que un 3,8 % de los chilenos, esto es cerca de 700 mil personas, tienen inseguridad alimentaria SEVERA.
Hechos como estos tienen repercusiones alarmantes, pues en Chile, ha aumentado la obesidad mayormente en menores de 5 años, por sobre el promedio de la región sudamericana, pues no comemos sano; también se mantiene, desde el 2019, el porcentaje de desnutrición infantil, muy cerca de 3,9 % y la anemia en mujeres en edad reproductiva (esto es de 15 a 49 años), con un 15%.
El ruido de estos datos se ha hecho más fuerte en estos días de pandemia; y es reconfortante saber que muchas personas están leyendo y desean ayudar con un interés sincero a quien lo necesita.
Admitimos que el estado ha comprometido su ayuda, pero su gestión continúa siendo lenta para alcanzar a todos.
Quizá la solución esté lejos de la metodología habitual, y se deba buscar un camino alternativo que logre ser más rápido para entregar a las familias y comunidades ese sustento.
En fundef apostamos por esa energía; porque hemos visto el buen resultado que se logra en las comunidades cuando se unen para un fin en común.
Hoy el costo de los productos obliga a muchas personas a refugiarse en otras formas de alimentación, quizá menos nutritivas. Pero si pudiéramos buscar productos a menor costo y de calidad, generar ahorros en comunidad, recuperar el control financiero, mejorar la nutrición efectiva y finalmente conseguir seguridad alimentaria, es posible que la comunidad mejore su calidad de vida.
Admitimos que mantener esta línea de trabajo en el tiempo requeriría de una administración efectiva y constante.
Pensamos igual que tú, por eso en fundef, pusimos manos a la obra con un proyecto que combinara lo anterior y generara bienestar social, alimenticio, financiero y que lograra seguridad alimentaria en el tiempo.
Así es como nació “Compras Colaborativas”; una herramienta eficaz para disminuir el gasto asociado al presupuesto familiar, y de paso buscar una alternativa a la dependencia que más del 90 % de las personas tenemos con los grandes supermercados, cuyos precios de los productos siguen subiendo.
El miedo a la escasez, o al contagio al hacer largas filas en los supermercados, nos obliga a tener un plan de acción que minimice esta dependencia.
Por otro lado, la pandemia ha generado efectos negativos en la producción y ventas de muchas empresas y éstas se han visto en la necesidad de bajar los salarios o despedir a sus trabajadores; por ello sin ingresos, y en medio de esta tempestad, ¿Cómo puede alimentarse una familia o una comunidad?
En principio, con la ayuda solidaria, ollas comunes, los familiares, con participación de la comunidad. Con “Compras Colaborativas” es más fácil hacer frente a esta realidad que las cifras acusan en nuestro país:
En medio de la pandemia, la última encuesta social COVID-19 en Chile reflejó que un 59,4% de los encuestados manifiestan percibir menos ingresos en comparación con el período anterior a la pandemia, y de esas personas en un 44, 6% disminuyeron en más de la mitad; mientras, este 2021 el gasto en alimentos aumentó de 24,3% a 54,6% (fuente Observatorio Min Des. Social 2021, muestra 4500 familias).
Con todos estos argumentos, en fundef pensamos que “Compras Colaborativas” será más que una herramienta, tal vez un apoyo genuino a nuestros vecinos que mejorará la red social y económica de ellos; pero también impactará en su manera de ver la vida, aportando a un bienestar mental y emocional tan necesarios en estos días.
La comunidad que desee participar y beneficiarse de esta guía, tendrá un mundo de iniciativas adicionales para organizar, ahorrar y comprar de manera ágil sus productos, teniendo los contactos adecuados de proveedores que los suministren con la calidad necesaria.
En fundef creemos firmemente, que al poner en marcha esta nueva iniciativa, lograremos apoyar de manera ordenada a las distintas comunidades y ellas podrán avanzar, porque lo hemos visto con nuestros propios ojos.
esperamos que con el tiempo, nuestras comunidades recuerden que, a pesar de las dificultades, podían surgir… porque había más de una razón Y más de una herramienta para lograrlo… ese si que será el mejor de los recuerdos.